Astillero Río Santiago: radiografía de un gigante inmerso en una fuerte pulseada

Para algunos, el Astilleo Río Santiago es un emblema de soberanía de una Argentina productiva y fabril que resiste a los embates del neoliberalismo y un intento de vaciamiento.

Para otros, una empresa que se financia en un 99 por ciento con los impuestos de los bonaerenses, que cada vez emplea más trabajadores y no alcanza los estándares mínimos de producción de la industria naval en el mundo y que además es escenario de maniobras de malversación de fondos.

En el medio, una pulseada que en los últimos días incluyó denuncias penales contra los gremios, una masiva movilización que terminó en violencia por las calles del centro de la Ciudad y un enfrentamiento abierto entre las autoridades de la empresa, el gobierno de Cambiemos y los representantes sindicales.

Como pocas veces en sus 65 años de vida, el Astillero Río Santiago quedó estas semanas en medio de un debate público que involucró en los últimos días a la gobernadora María Eugenia Vidal, quien lanzó duras críticas contra la dirigencia sindical.

En los talleres y el dique seco de la planta ubicada en Ensenada hoy hay dos grandes proyectos que concentran todas las miradas. Son los buques petroleros encargados hace casi 15 años por la empresa estatal venezolana PDVSA cuya construcción está frenada desde hace años.

Según los trabajadores, por la falta de voluntad del Ejecutivo. Según dicen cerca del gobierno, porque en torno de su construcción se detectaron negociados y porque la situación actual de Venezuela, sumida en una crisis económica cada vez más profunda, hace que la posibilidad de cobrar por esos trabajos sea difusa.

Corbeta de la Armada Argentia construída en Ensenada, su desplazamiento es de 1400 toneladas

Origen y esplendor

Creado durante el segundo gobierno de Juan Domingo Perón, el Astillero tuvo su época de esplendor en la década del ‘50, cuando unos 8 mil trabajadores se repartían en dos turnos en las calderas, los talleres de herrería, mecánica, cobrería, electricidad, carpintería, velería y fundición. Para principios de la década del ‘60, era la planta naval más moderna.

En 1962 tuvo su momento de gloria, con la botadura de su trabajo más emblemático: la construcción de la Fragata Libertad.

La primera gran crisis llegó en la década del ‘90, cuando los trabajadores denunciaron un intento de privatización y la empresa pasó a la órbita del gobierno de la Provincia, que se hizo cargo de su funcionamiento.

En 2005, a dos año de haber llegado a la presidencia, Néstor Kirchner hizo gestiones con el venezolano Hugo Chávez que terminaron con la firma de un contrato con un monto inicial de 112 millones de dólares para la construcción de dos buques petroleros de 47 mil toneladas.

El Eva Perón, botado en 2012 pero todavía no finalizado, y el Juana Azurduy, también inconcluso.

Por esos años, el Astillero construyó un buque carguero para un armador alemán y cuatro buques tanqueros para Venezuela; para ello sumó 250 operarios nuevos.

En los últimos años, la situación cambió radicalmente. Según el gremio principal con presencia en la empresa, ATE Ensenada, porque el gobierno de Cambiemos no ejecuta los acuerdos firmados y no tiene voluntad política de reactivar la planta. Según el gobierno de Vidal, porque se detectaron irregularidades y maniobras de malversación de fondos en varios de los contratos, todo lo cual fue volcado en una denuncia penal presentada por el presidente de ARS Daniel Capdevia ante la justicia.

La fragata Libertad en ARS para reparaciones menores

Producción

La realidad productiva del Astillero es eje de esa disputa que ahora se trasladó a una mesa de diálogo entre el gobierno y los gremios.

Según las cifras oficiales, el Astillero cuenta en la actualidad 3251 trabajadores con un presupuesto anual asignado de 3500 millones de pesos.

Desde Cambiemos, explican que ese monto representa el 15 por ciento del déficit fiscal anual y que la empresa sólo genera el 1 por ciento de los fondos necesarios para su funcionamiento. “El otro 99 por ciento lo financian los bonaerenses con sus impuestos”, destacan.

En números

De acuerdo a las cifras oficiales, de los 3251 trabajadores, el 70% tiene sueldos promedio de 40 mil pesos, mientras que un 18% pertenece a puestos jerárquicos y percibe salarios que van desde los 100 mil a los 300 mil pesos por mes. “Algunos cobran tres veces más de lo que gano yo”, se quejó la gobernadora Vidal días atrás en una entrevista televisiva.

Además, desde el Ejecutivo afirman que pese al crecimiento del personal, la empresa no logra cumplir con los plazos de ejecución de los trabajos acordados.

“Para que la construcción de un barco como los petroleros de PDVSA sea rentable debe llevar no más de dos años en su ejecución. Sin embargo actualmente hay dos barcos en construcción que ya llevan más de 10 años y aún les falta al menos uno para estar listos”, agregan fuentes del gobierno provincial.

En ese marco, la Provincia apuntó al crecimiento del personal y a la actividad del gremio. Según destacan, el Astillero no recibió contratos de trabajo importantes en los últimos 10 años que lo lleven a su máxima capacidad de producción y sin embargo la planta fue en continuo crecimiento.

Y citan, como ejemplo, que en el período 2012-2013 ingresaron 700 empleados proveniente de Uocra que prestaban servicios en el Estadio Único de La Plata y que entre noviembre de 2015 y el 10 de diciembre de 2015 ingresaron 130 empleados más. “Pese a no tener trabajos, el personal cobra hasta un 50% de su sueldo en concepto de productividad”, agregan.

Desde el gremio, la mirada es radicalmente distinta. La paralización de la empresa, dicen, es consecuencia de una decisión política de la Provincia.

Y señalan que el argumento de la improductividad de la planta es tendencioso y falso. “No es responsabilidad de los trabajadores, sino del mismo gobierno”, dice Francisca Banegas, secretario general de ATE Ensenada.

“Está claro que falta inversión, no sobra trabajo sino que falta”, dice el dirigente sindical, quien también agrega que si el gobierno argentino no hubiera comprado flota naval a Francia e Israel, el Astillero podría haberle ahorrado al Estado nacional más de 200 millones de dólares.

El gremio reclama, por ejemplo, que la gestión Vidal formalice una inversión de unos 49 millones de pesos para terminar definitivamente el buque petrolero Eva Perón, botado en 2012 pero todavía inconcluso.

“Le falta entre un cinco y un diez por ciento. Y al finalizarlo, cobraríamos 5 millones de dólares. Eso, más los tres millones de dólares del Juana Azurduy. Dicen que Venezuela no los va a pagar, pero nosotros estuvimos con el cónsul y ellos dicen que quieren el buque y pueden pagarlo. Es una cuestión política y nosotros somos rehenes”, explicaron desde el gremio.

Además, señala que en la planta se frenó también la ejecución de dos lanchas encargadas por la Armada Argentina y que hay contratos firmados para construir dos remolcadores de 20 mil y 40 mil toneladas.

“Están todos los contratos paralizados por una decisión política. También se frenaron los contratos para hacer reparaciones pequeñas”, agregan desde el gremio.

Luego de la represión policial a una violenta marcha de trabajadores por las calles del centro de La Plata, el gremio y representantes de la empresa y del gobierno de Vidal mantuvieron un encuentro en el que el tema de la productividad estuvo en el centro de la agenda.

Con esos datos sobre la mesa, más las supuestas irregularidades relacionadas a malversación de fondos denunciadas por Capdevila, en la provincia aseguran ahora que “no hay un plan específico para Astilleros, excepto ordenarlo”.

“Mantenemos la postura, no hay un plan específico para el Astillero, excepto ordenarlo. No hay un plan de venta, ni de privatización, ni de cierre ni de despidos. Estamos ordenando. En dos direcciones, por un lado la sana administración para bajar el déficit del Astillero y así bajar el déficit de la Provincia. Por otro lado, hay conductas que como funcionarios hemos denunciado para que se investiguen porque se presume la comisión de delitos. Hemos dado ese mensaje”, dijeron cerca de Vidal.