¿Habrá aceptación social a la nueva cuarentena estricta?

En la víspera de la nueva cuarentena estricta, la sociedad y el poder político podrían entrar en tensión si no se respeta el aislamiento o se atienden demandas públicas

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El conurbano mañana ingresa a una cuarentena estricta

“Nuestro rol no es perseguir ni culpar a los comerciantes. No son los malos de la película. Los tenemos que ayudar a que puedan cumplir dentro de lo posible en función de la normativa. Son parte de la solución, no del problema. El comercio del barrio no es el problema. De ninguna manera vamos a perseguir”, dijo recientemente del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela.

Estas declaraciones, sintetizan una preocupación que alcanza a todos los intendentes de conurbano, ya que a partir de mañana se convierten en la primera cara visible del Ejecutivo nacional para sostener el regreso de las restricciones por el coronavirus. 

En la víspera de la nueva cuarentena estricta, todas las expectativas están depositadas en cuán está dispuesta está la sociedad civil a aceptar y readaptarse a las viejas limitaciones, en un escenario donde el bolsillo y el malhumor comienzan a levantar la temperatura.

Los jefes comunales se ven cada vez más presionados por cumplir las directivas “de arriba” y mantener el oído atento al hartazgo y las urgencias de los miles de vecinos de sus ciudades.

El cansancio y la incertidumbre por el aislamiento se ven recrudecidos por el efecto de la pandemia en el bolsillo de los comerciantes y trabajadores autónomos que, en los últimos meses, han sentido el golpe de la parálisis económica. Además, los intendentes deben lidiar ahora con una nueva orden de restricción a los rubros no esenciales, a quienes deberán evaluar cómo abordar desde la autoridad.

“El enojo tiene que ver con un fenómeno que es la pandemia, que ha golpeado a la economía en su conjunto”, dijo también, semanas atrás, el intendente de Morón, Lucas Ghi.

Las zonas más profundas del conurbano bonaerense, en especial en los cordones del sur y el oeste, pusieron de manifiesto la voluntad de miles de ciudadanos dispuestos a retomar actividades, empujados por la emergencia económica y social. 

Mientras se viven las horas previas al inicio de una nueva etapa de mayor restricción, solo resta preguntarse qué tan posible será, a esta altura, que se acaten las normativas en el AMBA al pie de la letra. Al menos sea por las buenas.