Hace 80 mil años, coexistían cinco especies humanas… ¿qué fue lo que les pasó?

Desde que tenemos registro, los Homo sapiens nos hemos creído el centro de la creación, seres diferentes del resto.

Es entendible, ya que nuestros parientes más cercanos son los chimpancés, que si bien pueden usar herramientas y manipular a otros miembros de su comunidad, difícilmente empiecen a adorar dioses o funden un imperio.

Por eso, a la noche, miramos al cielo y nos preguntamos si estamos solos en el universo, sin saber que la respuesta no está en las estrellas, sino acá mismo.

En De Animales a dioses, Yuval Noah Harari afirma que estamos acostumbrados a pensar que somos la única especie humana “porque durante los últimos 10 mil años hemos sido, efectivamente, la única”.

Pero un “humano” es un animal que pertenece al género “Homo” y, en ese sentido, no somos especiales; sólo los únicos que quedamos vivos. De hecho, hace 80 mil años coexistían cinco especies humanas: Homo sapiens, neandertales, Homo erectus, denisovanos y Homo floresiensis.

Hace 65 mil años, los sapiens dejamos África y comenzamos la conquista del planeta. Sin embargo, el mundo ya tenía habitantes, descendientes de una primera ola migratoria que hizo lo mismo, pero dos millones de años antes.

En Europa nos encontramos con el neandertal, un hermano nuestro adaptado a las heladas temperaturas de la última glaciación. Ellos llevaban una vida similar a la nuestra por aquella época: tenían herramientas de piedra; controlaban el fuego; lucían collares decorativos; cuidaban a los enfermos; y enterraban a sus muertos.

Por si esto fuera poco, hicieron la obra de arte más antigua que se conoce. Hace 67 mil años, un neandertal pintó una mano en una cueva de España, “miles de años antes que los sapiens”, afirmó el arqueólogo João Zilhão.

“A nivel cognitivo y del pensamiento simbólico, no eran diferentes de los humanos modernos”. Si bien las causas de su extinción aún alimentan acalorados debates, la teoría más apoyada afirma que les ganamos en la competencia por el alimento o que directamente fue un genocidio.

Sin embargo, antes de dejar este mundo, unos pocos neandertales tuvieron sexo y concibieron hijos con sapiens, tal como puede verse en personas actuales que conservan en su ADN rastros de esta especie extinta.

“Si los neandertales hubieran sobrevivido, ¿nos imaginaríamos que somos una criatura diferente? Quizá por eso nuestros antepasados los eliminaron. Eran demasiado familiares para ignorarlos, pero demasiado diferentes para tolerarlos”, reflexiona Harari.

El Homo erectus se extinguió hace 70 mil años; el hombre de Denisova hace 40 mil; el neandertal, 30; y el Homo floresiensis, apenas doce. Nacieron, vivieron, tal vez amaron, y murieron. Lo único que dejaron son fósiles, briznas de ADN y la perturbadora sospecha de que los matamos a todos.