Muhammad Ali: el hombre que convirtió al ring en un escenario

Con un estilo de pelea ágil y teatral, Muhammad Ali elevó el boxeo al estatus de arte. Murió el 3 de junio de 2016

Fuera del cuadrilátero, se erigió en un influyente ícono del movimiento antibélico de los 60. Recordamos a Muhammad Ali, el boxeador más grande de todos los tiempos, en un aniversario de su muerte.

Uno de los sellos personales de Muhammad Ali consistía en amedrentar a sus contrincantes antes de cada pelea. El boxeador les gritaba poemas en rima para burlarse de ellos y hacer alarde de sus propias habilidades.

“Vuelo como una mariposa, pico como una abeja, tus puños no pueden tocar lo que tus ojos no pueden ver. Ahora me ves, ahora no me ves”, exclamaba con una vanidad simpática que hacía furor entre el público.

Y lo que decía era cierto. Su estilo ágil y la gracia natural de sus movimientos lo distinguían del resto de los boxeadores de su época, más pesados y aparatosos. Mientras golpeaba y esquivaba golpes, Ali parecía bailar en el cuadrilátero.

El tricampeón mundial de peso pesado protagonizó, a lo largo de 20 años, un total de 61 peleas, de las cuales perdió solamente cinco.

La victoria de Ali en 1966 por sobre Cleveland Williams, inmortalizada en una foto icónica

Seis de sus combates fueron considerados como los mejores del año por la revista especializada The Ring. Pero sus méritos trascendieron las cuerdas.

La figura de Muhammad Ali marcó una época, y no sólo en el deporte. El boxeador supo romper con los moldes racistas de los años 60 y erigirse como un ícono social por su oposición a la guerra de Vietnam.

El libro Greatest Of All Time, editado por Taschen, grafica la fuerza, el coraje y la arrolladora energía de la leyenda del boxeo.

Con miles de imágenes recopiladas –que incluyen fotografías, obras de arte, recuerdos y dos secuencias desplegables– se rinde homenaje al que fuera el más grande dentro y fuera del ring.

El libro incluye, además, ensayos originales, textos y entrevistas de las últimas cinco décadas que exploran el valor, las convicciones y la extraordinaria construcción de la imagen pública de Ali, aspectos que lo convirtieron en uno de los personajes más reconocibles e inspiradores del planeta: un icono no sólo como atleta extraordinario, sino también como apasionado defensor de la justicia social, el entendimiento entre religiones y la paz.