PASO y reelección se discuten en la provincia

Oficialismo y oposición podrían acordar una resolución que no los perjudique sobre las fechas de las PASO y la suspensión de la prohibición de las reelección para legisladores e intendentes

El año electoral comenzó con dos cuestiones de fuerte peso institucional y político, además de las cuestiones bien particulares por el escenario que impone la pandemia.

El primer dato central tiene que ver con las elecciones Primarias de agosto. 

Si bien es una discusión que se viene desarrollando a nivel nacional, en la política bonaerense también existen conversaciones reservadas para avanzar en una misma dirección. 

Empieza a tomar cuerpo la idea de postergar un mes las Paso con la excusa de que para la fecha original seguramente esté aún en proceso el plan de vacunación contra el coronavirus.

Sectores del oficialismo habían ido a la carga con la suspensión lisa y llana.

En la provincia, Juntos por el Cambio se plantó para rechazar el descarte de esa cita electoral. Sin embargo, el principal espacio opositor estaría dispuesto, aún con debates internos fuertes, a conceder una salida intermedia que tampoco le caería tan mal al gobierno.

En el juego de necesidades y especulaciones, el Frente de Todos quiere que la opinión de la ciudadanía se exprese lo más tarde posible en este 2021. 

Importa el plan de vacunación, pero acaso más que eso, la aspiración de que la economía pueda exhibir cierta revitalización para entonces y que ese eventual rebote sea una cuestión tangible en el bolsillo de la gente.

Esa idea de trasladar las Paso a septiembre empujaría a noviembre las elecciones generales.

Al gobierno, en principio, le cerraría esa idea. Ayer algunos dirigentes oficialistas salieron a plantear la unificación de las Paso con las generales. Pero esa propuesta no le cierra a Juntos por el Cambio.

La concesión opositora en la provincia sería justamente esa: que se vote más tarde que lo habitual. A cambio, conseguiría mantener las Primarias a las que se aferra como tabla de salvación con la idea de reorientar el voto opositor hacia la opción más elegida. También, para dirimir peleas locales.

Juntos por el Cambio viene analizando el tema desde hace un tiempo. El más interesado en que la elección bonaerense de este año tenga para la oposición un resultado al menos decoroso (dar el batacazo y ganar o por lo menos achicar los 14 puntos de diferencia que Axel Kicillof le sacó a María Eugenia Vidal) es Horacio Rodríguez Larreta. 

En la jefatura de Gobierno porteño dicen sin vueltas que “no hay 2023 sin 2021”. Para el proyecto presidencial del alcalde porteño resulta imperioso sostener una presencia opositora fuerte en el principal distrito del país. “Horacio necesita por lo menos 44 ó 45 puntos en la Provincia”, dicen fuentes partidarias.

Esa aspiración lleva de la mano algunas definiciones que por cuestiones de calendario siguen envueltas en el ropaje de las especulaciones. Vidal obtuvo en los comicios de 2019 el 38 por ciento de los votos y perdió la reelección.

En distintos sectores del PRO, más allá de la indefinición en que se mantiene una eventual postulación de la ex gobernadora como diputada por la provincia, creen que su performance rondaría ese mismo porcentaje. 

“María Eugenia mide mejor a nivel nacional que en la provincia”, dicen los mismos voceros. Por eso, Rodríguez Larreta parece encaminado a hacer jugar en este turno electoral a su vicejefe Diego Santilli, que hace un tiempo hizo cambio de domicilio a Vicente López.

Ese movimiento genera resistencias. El “desembarco porteño” logró el milagro de reunir tras durísimos cruces de antaño a Jorge Macri y a Elisa Carrió. Ambos pretenden ser diques de contención ante esa posible avanzada de Rodríguez Larreta en territorio bonaerense.

Pero conviene volver sobre las Paso y su centralidad para las expectativas de Juntos por el Cambio. 

El principal espacio opositor cree que pueden terminar reorientando el voto en noviembre hacia el sector no oficialista más elegido. La mira está posada en el volumen de adhesiones que pudiera conseguir la oferta del libertario José Luis Espert y la posibilidad de desinflar esa canasta tras las Primarias en el mano a mano que, estiman, se dará con el Frente de Todos.

La otra cuestión que se cocina a fuego lento tiene que ver con la ley que limita las reelecciones de intendentes y legisladores a dos mandatos consecutivos, que tendrá su primer efecto práctico este año con diputados, senadores y concejales que resultaron electos en 2013 y reelectos en 2017 que no podrían volver a presentarse para competir por el mismo cargo.

La idea compartida por extendidos sectores del oficialismo y oposición es que sea la Justicia la que objete el hecho de que se impute como primer mandato al que corría cuando, en 2016, se aprobó la ley.

La presentación se hará en breve. Dicen, con altas chances de prosperar.