Tras el rechazo a la oferta salarial del gobierno por parte de la totalidad del gremio docente, la gobernadora María Eugenia Vidal consideró que hay una intencionalidad política del titular del SUTEBA, Roberto Baradel (foto), para trabar el inicio de clases previsto para el 6 de marzo, apenas 24 horas antes de la movilización anunciada por la CGT.
La mandataria bonaerense desestimó así el reclamo del sector sobre la necesidad de recuperar el poder adquisitivo perdido el año pasado y advirtió que la falta de acuerdo no tiene que ver con un cálculo económico, sino con una decisión de no comenzar las clases.
La Provincia ofrece un 18% en cuatro cuotas con una cláusula de actualización automática por inflación, pero los maestros pidieron un 35% para comenzar la negociación, advirtiendo que Vidal no respetó la cláusula de monitoreo firmada en 2016, por lo que no tienen garantías de que la actualización automática se haga efectiva.
El criterio del gobierno es hacer borrón y cuenta nueva, con el comienzo de un nuevo ejercicio y simplemente dejar atrás los resultados de la puja salarios – inflación del año anterior, pero los dirigentes del sector educativo consideran que la discusión del 2017 debe incluir esos puntos perdidos.
La estrategia del gobierno es centrar las críticas en Baradel, un dirigente con alta imagen negativa en amplios sectores de la sociedad y al que el gobierno anterior ya había cuestionado por tener de “rehenes” a los alumnos de las escuelas públicas de la provincia, una acusación que repiten en Cambiemos.
De esa manera, esperan alcanzar consenso social para destrabar el conflicto en caso de que las clases no comiencen el 6 de marzo.
