Guillermo Jorge, investigador del CONICET, evaluó el impacto acústico del Aeropuerto El Palomar y según sus conclusiones el ruido aeronáutico afecta a los vecinos.
En el país, no existe una ley que regule la contaminación sonora de los aeropuertos. La normativa local, se basa en las normas que dicta el ente de regulación global de la aviación civil, OACI y otros indicaciones que provienen del Parlamento Europeo, entre otros.
Debido a esto Jorge -que es doctor en Ciencias Físicas y profesor Universidad Nacional de General Sarmiento- explicó que “se ha utilizado un modelo sencillo para la determinación de la máxima capacidad operativa sin impacto acústico del aeródromo de El Palomar, utilizando normativa nacional e internacional y datos abiertos disponibles”.
Este modelo toma tres escenarios para determinar la máxima capacidad operativa que no produzca impacto acústico -sin incluir la operación militar- según las mediciones sonoras de estándares internacionales.
Las conclusiones son:
- vuelos diurnos (sin penalización horaria), la máxima capacidad calculada es de 80 movimientos de despegue y aterrizaje.
- con 15 por ciento de operaciones nocturnas (penalizadas con 10 dB), se obtiene un máximo operativo de 36 movimientos.
- con 28 por ciento nocturnos vuelos, se obtiene un máximo operativo de tan sólo 24 movimientos.
Este último item, es el escenario de operaciones Low Cost; por ello el investigador explicó que “en la actualidad El Palomar está teniendo una operación cercana o mayor a los 30 movimientos diarios, con lo que se desprende que el aeropuerto ya estaría por encima de su capacidad máxima de operaciones de bajo impacto, y las zonas vecinas a las cabeceras ya estarían sufriendo un impacto considerable debido al ruido aeronáutico”.
El Aeropuerto El Palomar, que comprende un espacio de la I Brigada Aérea de la Fuerza Aérea Argentina, fue creado a fines de 2017 para las actividades aerocomerciales en modo low cost.
Y su actividad, también fue analizada por el Centro Integral de Servicios Tecnológicos de Acústica y Sonido (CISTAS) de la UNTREF, arribando a una conclusión similar sobre el impacto sonoro del Aeropuerto El Palomar.
“El Estado a través de sus autoridades de control deberían poner un límite de operaciones o tomar las medidas mitigatorias correspondientes” concluyó Guillermo Jorge.
