La odisea de Magallanes: el primer viaje de la globalización

La expedición que cruzó los mares hace 500 años reveló el tamaño del planeta. El 12 de enero de 1520 llegó al Río de la Plata

Fernando de Magallanes lideró la expedición que circunnavegó el planeta por primera vez entre 1519 y 1522. La hazaña le pertenece, pero su historia y la de uno de los periplos más extraordinarios de todos los tiempos lleva la firma de un cronista italiano llamado Antonio Pigaffeta, un joven deseoso de aventuras. 

Magallanes se negó en un primer momento a que subiese a bordo ya que lo consideraba inútil para un viaje tan exigente. Pigaffeta le convenció con una promesa que acabó cumpliendo: su apellido sería recordado para siempre. 

El escritor italiano estaba entre los 18 supervivientes de los 265 hombres que partieron inicialmente, y en su diario explicó con detalle cómo había sido la odisea de dar vuelta al mundo.

vuelta al mundo magallanes

En el siglo XVI el planeta estaba dividido en dos partes, cada una gobernada por una superpotencia naval. Portugal dominaba el este y España el oeste. 

Ambos países mantuvieron una lucha sin cuartel por hacerse con la ruta de especias, un bien más cotizado que el oro. Quién controlara las vías de suministro se haría con el control del planeta. 

En este contexto se cruzaron los destinos del monarca español Carlos I y del navegante portugués Fernando de Magallanes. El primero quería ampliar las fronteras de su reciente reinado. El segundo, demostrar una teoría que sus propios compatriotas rechazaron: la existencia de un canal que comunicaba el Atlántico con un océano todavía sin nombre. 

Carlos I le concedió una flota con cinco naves, una decisión que no gustó nada a los capitanes de la armada española, que pensaban que Magallanes era un espía. Desde el primer momento se respiraba tensión entre los miembros de la tripulación hispano-portuguesa y el motín parece una posibilidad real.

Dos meses después de partir de Sanlúcar de Barrameda, los barcos alcanzaron la costa sur de América. 

Comienza la búsqueda de un estrecho en el que solo confiaba Magallanes, mientras el resto de los hombres no entienden ni el rumbo ni los planes del comandante.

Tras varias semanas bordeando el litoral americano, divisan una apertura. Las ansias cegaron a Magallanes. No se trataba de ningún paso sino de la desembocadura del Río de la Plata. La duda se despejó cuando probó el agua y descubrió que era dulce.

El intento fallido solo consiguió elevar la tensión. 

Además, a medida que descendían en latitud el frío se crecía y la comida empezaba a escasear y así se dió la rebelión, 2 de abril de 1520, liderada por el capitán español Juan de Cartagena. 

La Victoria replica en Punta Arenas
La Victoria, esta replica de la nave de Elcano está en Punta Arenas

Los fieles a Magallanes resistieron y el portugués ejerció de juez supremo, tal y como le permiten las leyes marítimas, condenando a muerte al capitán Gaspar de Quesada y abandonando a Juan de Cartagena en la bahía San Julián de Santa Cruz. 

El marino Juan Sebastián Elcano asciende de mando y se pone al frente de una de las naves.

Magallanes continúa el viaje por los hostiles mares del sur, donde pierde la embarcación Santiago. Meses después encuentra una nueva apertura hacia el oeste. Saborea el agua y comprueba que es salada. Decide proseguir. El ansiado paso que no existía en ningún mapa resultó ser un laberinto. 

Durante la travesía por aquel lugar inhóspito se encontró con cientos de incendios que procedían de una tierra que él creía deshabitada y decidió nombrarla como Tierra de Fuego.

El 21 de octubre de 1520 completa el estrecho y llega a un vasto mar, aunque más tranquilo que el que habían dejado atrás. Por ello, lo bautiza como Pacífico.

La alegría del descubrimiento duró poco. La tripulación del barco del San Antonio, donde estaba la comida, deserta. 

Cruzar el Pacífico se convierte en un infierno eterno en el que los tripulantes van cayendo uno tras otro por el hambre y el escorbuto. En abril de 1521 avistan su salvación, las Filipinas. Magallanes somete a los indígenas, aunque no a todos. En la isla Mactán el jefe de la tribu opone resistencia. 

Los españoles se enfrentan a ellos y Magallanes muere durante el combate sin poder llegar el destino soñado, las Molucas, la isla de las especias.

Dos naves emprendieron el regreso. Los temporales hundieron la Trinidad. El Victoria, comandado por Elcano, atraviesa el Índico y llega a España el 6 de septiembre de 1522 con el preciado tesoro y la crónica de una aventura que abrió los océanos al comercio global y reveló la verdadera dimensión del planeta azul.