Los cargos claves, la próxima discusión entre Kicillof y la oposición

Puestos en el Bapro y organismos de control le corresponden ocupar Juntos por el Cambio. Pero el PJ no está dispuesto a ceder tanto

El miércoles pasado, tras peleas e idas y vueltas en la Legislatura por el debate de la reforma impositiva, Axel Kicillof giró al Senado el pliego de designación de un candidato de su riñón para cubrir uno de los cargos vacantes en el directorio del Banco Provincia. Cambiemos, que controla la mayoría de la Cámara, ni siquiera aceptó dar ingreso al expediente. 

En la oposición aseguran que ese sillón les corresponde y que, en todo caso, se tendrá que negociar. Ésta será la nueva gran pulseada entre el gobernador bonaerense y la oposición, que se siente fortalecida después de haberse impuesto numéricamente en la pelea y haber forzado a Kicillof a reducir la suba de impuestos.

Entre febrero y marzo se deberá definir el reparto de unos 25 sillones claves en la provincia. 

Los directores del Bapro son los de mayor peso político, pero también hay cargos en organismos de la Constitución (como Contaduría y Tesorería); organismos de control (Oceba, entre otros) empresas del Estado, como Aubasa, y el IOMA.

Por eso, el descanso tras la pelea por la ley fiscal será corto. Se estima que en la segunda quincena de febrero el Senado volverá a sesionar para empezar a votar algunas de esas designaciones. El resto se terminará de definir entre marzo y abril.

La pulseada había comenzado a asomar apenas asumió Kicillof y envió el primer proyecto a la Legislatura, el que declaraba las emergencias en varias áreas de gobierno. Cambiemos, que tiene la llave en la Cámara alta, le hizo saber rápido que debería negociar con ellos en una mesa en la que también estarían en discusión el reparto de cargos. 

El gobernador, incluso, hizo en su momento referencia a que no se dejaría “extorsionar por los cargos”.

Pero en el último tramo de la negociación por la reforma fiscal, las conversaciones por las designaciones quedaron congeladas, dicen las dos partes.

La pelea por los directores del Bapro es el eje principal del conflicto. En los próximos días vencen los mandatos de cuatro sillones de los ocho que tiene esa mesa de decisión clave en la política financiera de la provincia.

Los que terminan son Mario Meoni, que asumió como Ministro de Transporte de la Nación, y otros tres integrantes designados y que responden a María Eugenia Vidal.

Cambiemos exige que se le deje designar al menos tres de esos cuatro reemplazos, para que el directorio quede equilibrado entre peronistas y opositores. Pero en la gobernación ya dejaron saber que necesitan mayoría para que la entidad acompañe la política financiera de Kicillof.

Y que no le darán lo que piden.

Si no se resuelve pronto, la pulseada podría tener consecuencias institucionales: el 18 de enero vencen los mandatos de los cuatro que terminan. Quedarán en funciones otros cuatro directores, de los cuales tres son peronistas y uno es del radicalismo, Diego Rodrigo. 

La carta orgánica de la entidad dice que tiene que haber cuatro integrantes presentes más el presidente para que funcione el directorio. Es decir que si el opositor Rodrigo se ausenta, el directorio del Bapro podría quedar paralizado hasta tanto se designen los nuevos integrantes.

“Nos tienen que dar lo mismo que nosotros les dimos a ellos cuando eran oposición” exigen cerca de la ex gobernadora Vidal. 

Desde Gobernación, refutan el argumento: “nosotros tuvimos paridad en el directorio del Bapro recién al final de la gestión de Vidal, no al principio”.

“Tienen que entender que van a tener que hablar con nosotros. Porque ellos tienen pendiente la cobertura de muchos cargos para los que necesitan dos tercios del Senado. ¿Cómo lo van a sacar sin los votos nuestros?”, dicen en la oposición.

Además, en Juntos por el Cambio avisan que también pedirán abrir la discusión por la Defensoría del Pueblo, que está en manos del peronista Guido Lorenzino, con mandato hasta 2021. “Le corresponde a la oposición”, remarcan.

Pero Kicillof tiene sus propias pretensiones y, además, un frente de conflicto interno, ya que desde los distintos sectores del Frente de Todos hay planteos y pedidos por esos espacios de poder: La Cámpora y Máximo Kirchner, los intendentes y el massismo, entre otros, aspiran también a ocupar sillones en organismos y empresas del Estado.

Para el gobernador bonaerense, la negociación supone un importante desafío político. 

Después de los cimbronazos y los cruces por el debate de la reforma impositiva, tiene que recomponer puentes con la oposición de cara a la próxima gran negociación.