Metodologías ágiles para industrias duras

Sos PyME, sabés cómo ganar eficiencia con organizaciones simples, flexibles, adaptables y mejor comunicadas. Conocé que son metodologías ágiles

Nuestra comunidad empresarial Sinergia Empresarial está conformada por un gran porcentaje de empresarias y empresarios a los que podemos denominar como de industrias duras, estas empresas también están a merced del cambio y los nuevos paradigmas del management 4.0 y 5.0 como también de  liderazgo horizontal.

Es en este marco que decidimos poner manos a la obra y comenzar a desarrollar acciones para este importante nicho de mercado, que mueve fuerte la aguja de la economía nacional.

La primera acción es esta entrevista de Sebastián Estevez Ulrich (facilitador de Sinergia Empresarial) a Natalia Kusnir (antropóloga experta en metodologías ágiles) para que cuente de qué hablamos y a quién la hablamos cuando hablamos de agilidad.

¿Qué es la agilidad?

– La agilidad es un modelo de organización del trabajo que plantea una manera distinta de la tradicional de alcanzar los objetivos.

El modelo de gestión ágil busca responder con más eficacia los requisitos y expectativas del cliente de nuestro producto. Agilidad no significa rapidez. Significa poder responder a las condiciones de un entorno que es volátil, es decir, que la intensidad de los cambios es cada vez más acelerada; incierto, o sea que no podemos predecir cómo se comportan las diferentes variables; complejo, o en el que hay muchas variables que nos condicionan a las que no controlamos; y ambiguo, lo que significa que los fenómenos siempre pueden tener más de una interpretación. A estos entornos, se los denomina VICA por las siglas de cada uno de los conceptos referidos. Y la agilidad es el modelo con el que podemos hacer frente al desafío de producir en estos entornos, de manera flexible, adaptable, simple y coordinada.  

¿Qué tiene que ver la agilidad con la producción industrial?

– Si tomamos seriamente la definición de los entornos VICA que acabamos de hacer recién, debemos afrontar el desafío de gestionar organizaciones en estas condiciones. Ningún modelo de producción está exento de tener que hacer frente a estas condiciones, porque son las que condicionan el mundo actual. Entonces, cualquier proyecto está sujeto a cambios acelerados en las condiciones de las variables que lo determinan, y las necesidades de los clientes a los que se orienta el producto; debe poder reducir los riesgos y aprovechar las oportunidades que se desprenden del grado de incertidumbre existente; está condicionado por una multiplicidad de variables que en cierto punto son ciegas y se nos escapan y de las que sólo tenemos noticias por sus efectos; y está siempre sujeto a distintas miradas posibles por parte de los usuarios, clientes, observadores. Entonces es imperioso que la organización industrial, como cualquier otra,  asuma el desafío de atender a estas condiciones.

La agilidad, si bien nace como resultado de un experimento realizado en la industria del software, en equipos más o menos reducidos y condiciones de producción particulares, se ha ido expandiendo a diferentes sectores, y se han ido desarrollando artefactos y herramientas que se adaptan y responden a las necesidades de organizaciones de mayor escala, equipos más grandes y proyectos de más largo plazo.

¿Cómo puede la agilidad mejorar el modelo de producción industrial?

– Podríamos decir que la implementación de un modelo de gestión y organización de trabajo ágil, se basa en 4 ideas:

  • La flexibilidad: para poder atender a los cambios en las variables del entorno, preferencias de los usuarios, gustos de los consumidores, circunstancias de la competencia, entre otras cosas.
  • La adaptabilidad: nos permite poder probar, corregir, dar marcha atrás y cambiar en cualquier punto del proceso en el que identifiquemos que no estamos cumpliendo con los objetivos, que nos equivocamos, que omitimos información o que el entorno nos exige un cambio.
  • La comunicación: hace posible que trabajemos de manera coordinada detrás de un objetivo común y no en compartimentos estancos en los que cada uno queda atrapado en su pequeña porción del trabajo, sin atender a la visión de toda la organización. La comunicación también le da sentido al trabajo que hacemos.
  • La simpleza: permite ir buscando soluciones sencillas y posibles a cada problema e ir mejorando paso a paso. En lugar de aplazar la respuesta a los problemas, para cuando se logre el resultado óptimo y complejo, se propone ir logrando soluciones alternativas que vayan mejorando progresivamente hasta alcanzar el resultado final complejo y mejorado. En el proceso, se puede conseguir soluciones provisorias. En lugar de responder a la necesidad de movilidad de un cliente, por ejemplo, con un auto de alta gama desde el primer momento, en cuyo proceso podríamos ir entregando las partes del auto que no le ofrecen ningún beneficio al usuario (las ruedas por más sofisticadas que sean no sirven para nada por sí solas), iremos entregando artefactos de movilidad cada vez más sofisticados (monopatín, bicicleta, moto, auto), para que los entregables intermedios, en lugar de autopartes, sean versiones simples, complejizadas progresivamente, de un producto que desde su primera entrega, sirve al objetivo y necesidad del cliente.

No caben dudas de que estas ideas pueden ser de gran utilidad si las aplicamos a la producción industrial, de cara al desafío de responder a las condiciones de los entornos que definimos como VICA.

¿Es aplicable la gestión ágil a cualquier organización?

– A veces se confunde la agilidad con algunas de las herramientas. Un cambio de modelo de gestión implica no sólo la implementación de determinados artefactos o herramientas, sino el cambio en la manera en la que entendemos las cosas, y la forma en la que nos comportamos. Se trata de un cambio cultural. Este cambio cultural es aplicable y representa un desafío en cualquier organización que quiera ser sustentable. Es la manera de responder a los cambios que están ocurriendo en el mundo. El mundo cambia y conforme a eso, históricamente se han ido transformando los modelos de organización del trabajo. Del trabajo artesanal, en algún momento se cambió a un modelo industrial, con determinado modo de organizar el trabajo.

Hoy, para sobrevivir, las organizaciones deben hacer un cambio que responda al mundo actual. Este es un cambio profundo, cultural, que implica una manera diferente de pensar la organización del trabajo. Las herramientas y los artefactos que cada organización use, no tienen que ser siempre los mismos. Con la revolución industrial, las organizaciones cambiaron su manera de organizar el trabajo, pero las máquinas y el equipamiento que cada organización utilizó, es particular a cada sector, área o empresa. Acá ocurre lo mismo. Podemos de muchos artefactos que ya se vienen probando e implementando en el mundo; o podemos usar esa experiencia para crear otros propios, y adaptados a las necesidades particulares.

Lo que no podemos omitir es la necesidad de entender el sentido del cambio y subirnos a esa transformación para poder sobrevivir.

¿Cómo impacta esto en las personas que trabajan en las empresas?

– Creo que uno de los desafíos que viene de la mano de esta transformación es empezar a atender no sólo a las expectativas de los clientes, sino también a las de los trabajadores y los colaboradores, para atraer y retener talentos dentro de la organización.

La agilidad también permite darle sentido al trabajo de cada uno de los que forman parte, permite empoderar a los equipos, darles valor y ofrece beneficios intrínsecos a todos los que forman parte del proceso productivo. Las empresas hoy deben atraer clientes, y al mismo tiempo atraer y retener a los trabajadores para ser eficaces, eficientes y sustentables. Esto necesariamente ofrece oportunidades para todos los que forman parte del mundo de la producción.

– Para terminar, te hago una pregunta más personal, ¿qué fue lo que te llevó por esta línea de trabajo?

– Personalmente, siento un compromiso con la idea de aportar valor para hacer un mundo mejor. Me interesa poder intervenir desde mi lugar, en los lugares más próximos, en las organizaciones de trabajo con las que yo trabajo, para hacer de estos lugares plataformas de lanzamiento de transformaciones, para hacer un mundo mejor.  

Definitivamente esta mirada sobre la organización del trabajo pone en primer plano a las personas, sus necesidades, sus gustos, sus preferencias. Eso es lo que a mí personalmente me mueve en esta transformación.