Kicillof aplicaría más restricciones para frenar los contagios

El gobernador adhirió a la propuesta nacional pero considera que las restricciones deberían ser más rígidas. Preocupa la demanda sobre el sistema de salud bonaerense 

La ocupación de camas en las terapias intensivas está en un promedio del 71 por ciento en el Conurbano, según los números oficiales. Una crítica situación que se vive en la provincia por el acelerado aumento de los contagios por coronavirus. En el pico de la primera ola, en agosto del año pasado, se había llegado a ese techo que luego comenzó lentamente a descender.

En el gobierno bonaerense vuelven a aparecer aquellas preocupaciones que dieron en el arranque la pandemia, allá por marzo del año pasado, cuando asomaban pronósticos apocalípticos sobre lo que podría ocurrir en el Conurbano con un virus del que se conocía poco y nada en aquel entonces.

Esos temores están anclados en otras cifras. Desde mediados de febrero la curva de contagios viene en aumento sostenido: pasó de un promedio semanal de 2325 casos a los 6020 que se registraron en la semana que acaba de concluir y viene en dramático ascenso.

Un dato adicional: desde hace varios días en varias zonas de la provincia se están empezando a derivar pacientes desde y hacia hospitales de distritos vecinos ante la falta puntual de camas.

En ese contexto hay que leer el decreto que acaba de firmar el gobernador para eventualmente endurecer las restricciones vigentes a la circulación hasta 10 horas en lugar de las actuales 6, o disponer la suspensión de la presencialidad en las escuelas.

En la provincia aseguran que esa medidas, en caso de tomarse, se harán en acuerdo con la Nación, el gobierno porteño y los intendentes.

Pero se juzgó que contar con esa herramienta a mano era una forma de ganar tiempo en medio de la incertidumbre y mientras avanza, con demoras, el plan de vacunación.

Ese texto contiene otros costados para el análisis. Puede que refleje alguna disconformidad con los alcances de las restricciones que fijó el gobierno nacional ante el aumento de los contagios.

En la provincia, dicen, aguardaban medidas más duras.

Podría incluso interpretarse como un mensaje a la administración de Alberto Fernández un inusual pronunciamiento público que suscriben entidades médicas, gremios y organismos oficiales como el ministerio de Salud bonaerense y el IOMA. Todos estos actores del andamiaje sanitario advierten que el sistema de salud

“tiene un límite” y que en este contexto “de emergencia”, se hace “necesario adoptar medidas más drásticas” para reducir la escalada de contagios.

Existen otras cuestiones que agravan el cuadro.

Hay intendentes del interior que están pidiendo a la Provincia pasar a fases más restrictivas aunque no lo amerite aún la cantidad de contagios que experimentan sus distritos, por temor a un desborde hospitalario.

Quizás una de las comunas más comprometidas sea Olavarría, donde además de la multiplicación de infecciones se detectó que varios de los contagios fueron con las agresivas cepas británica y de Manaos.

En enero pasado, en ese distrito se produjo un grave episodio cuando 400 vacunas Sputnik V perdieron la cadena de frío en el hospital “Luciano Alfredo Fortabat” y nunca quedó claro si se trató de un accidente o un sabotaje.

El inquietante escenario epidemiológico acaso opaque una decisión política que asoma asociada: el del cambio del calendario electoral que se cocina en el Congreso y que, obviamente, tendrá impacto en la provincia.

La idea oficial de mudar las elecciones primarias a septiembre y las generales a noviembre parece contar con el acuerdo de la oposición. Y en las semanas que quedan de abril, más allá de algunos tironeos que existen con Juntos por el Cambio, quedaría plasmada en una ley votada por el Congreso.

Luego, Kicillof dictará un decreto para adecuarse a esa normativa.

La postergación dará un poco más de aire a aquellos dirigentes que meditan si ser o no candidatos en la provincia, porque el cierre de listas pasará para fines de julio. Una de ellos es María Eugenia Vidal, que en los próximos días iniciará una recorrida por distintas provincias para presentar su libro.

La ex mandataria reaparecerá fuerte en escena pero pretendería seguir eludiendo definiciones.

Lo propio ocurre con Diego Santilli, el vicejefe de Gobierno porteño, que podría ser candidato bonaerense con el empuje de Horacio Rodríguez Larreta.