Panorama político bonaerense

Por Maxi Pérez
Periodista – Agencia Nova

Las encuestas de las últimas dos semanas, sobre todo las que reflejan los números del conurbano bonaerense preocuparon más de la cuenta al oficialismo a nivel nacional y provincial, porque empieza a ser evidente que la estrategia de polarizar con Cristina Fernández de Kirchner se les fue de las manos, lo que sumado a la falta de derrame económico sobre los sectores más pobres de la población le garantizan hoy por hoy una dura derrota en la región más populosa de la provincia.

Según los números de Hugo Haime la ex presidenta por lo menos duplicaría en intención de voto a Esteban Bullrich en distritos como La Matanza y Lomas de Zamora, conformando una diferencia tan grande que podría ser imposible de revertir para el oficialismo de aquí a octubre, pero además algunos referentes de otros espacios de la oposición con buen anclaje en el interior de la provincia advierten que podría darse una sorpresa en territorios en los que Cambiemos espera acortar las diferencias con Unidad Ciudadana.

La percepción que tienen algunos armadores del randazzismo y otros que acompañan a Sergio Massa es que habrá un “voto castigo”, en el que una parte de la población aplicará el criterio de golpear donde más le duele al gobierno y eso claramente es elegir la opción de CFK en las elecciones de agosto, quizá con la expectativa de que una derrota en las PASO produzca algún cambio inmediato.

Además, la mayoría de los encuestadores coinciden en que la marca Cambiemos está muy por encima del ex ministro de Educación, que cuando es medido individualmente aparece tercero detrás de Unidad Ciudadana y 1Pais, en lo que sería el peor escenario para María Eugenia Vidal, que claramente empieza a poner en juego demasiado capital político, por lo que en la mesa de campaña del PRO se pusieron en marcha alternativas que no expongan tanto a la gobernadora.

Campaña del miedo

En febrero de este año Vidal aseguró que no era el fin del mundo perder las elecciones y remarcó que “si ganamos, me voy a sentir más respaldada en esa pelea que estamos dando. Y si no pasa, vamos a tratar de que esas reformas de fondo tengan el consenso de quienes sean votados”.

Pero esta semana dio un giro de 180 grados y afirmó que “la pelea contra las mafias se verá condicionada si no ganamos la elección”, en un claro mensaje a los bonaerenses que la acompañaron en 2015 y sobre todo a aquellos que no la acompañaron, pero que tienen una percepción positiva sobre los cambios que su gobierno viene impulsando, sobre todo en las fuerzas de seguridad de la provincia.

Es así que la principal dirigente del PRO recurre a la vieja teoría de “nosotros o el caos” que en algún momento también aplicaron otros oficialismos en las últimas dos décadas, pero además suma a esa empresa ni más ni menos que a Elisa “Lilita” Carrió, la malograda candidata bonaerense que finalmente encabeza la lista porteña con garantías de triunfo para el oficialismo.

En la conferencia de prensa que compartieron ambas junto a Bullrich y los candidatos de la octava sección en La Plata, Carrió se alineó perfectamente con los ejes planteados por el gobierno bonaerense y les pidió a los bonaerenses “paciencia” para combatir el modelo mafioso, en lo que fue solo un adelanto de su participación en la campaña bonaerense.

La preocupación del equipo de Mauricio Macri por los números de la provincia se ponen en evidencia en esta jugada, porque fue la propia Carrió la que, tras declinar su candidatura, acusó a Jaime Duran Barba y a Vidal de bajarla de la competencia bonaerense, aunque ahora debe volver a ese territorio a apuntalar a Bullrich para evitar la debacle.

Alerta Randazzo

El espacio del Frente Justicialista también encendió las alertas, pero no en Unidad Ciudadana, sino en 1País y en el oficialismo, porque el andamiaje argumental que plantó el ex ministro Florencio Randazzo disputa claramente votos que no pueden calificarse como kirchneristas, sino que bucea entre peronistas desencantados con la última etapa del gobierno k y sobre todo con votantes críticos del macrismo que de ninguna manera elegirían a CFK.

Las encuestas ubican al precandidato de Cumplir en cuarto lugar con números que van del 4 al 7 por ciento, que aparentemente se conforman por votantes de Massa que no vieron con buenos ojos la alianza del ex intendente de Tigre con Margarita Stolbizer y por votantes independientes que en la segunda vuelta electoral del 2015 eligieron a Macri como opción.

Esta realidad, abre la puerta además a una hipótesis no demasiado extendida que sugiere algún grado de acuerdo entre CFK y su ex ministro para potenciar el pan-peronismo, desplazar al gobierno y sobre todo al massismo de la escena y luego si abrir una disputa por la sucesión presidencial de cara al 2019, pero con “todos adentro”.

Un equipo que no encuentra que partido jugar

El Frente 1País sigue desarrollando su campaña en torno a una batería de propuestas entre la que se destaca la de bajar el IVA para 11 productos de la canasta familiar para favorecer un ahorro mensual estimado en 800 pesos para cada familia, como forma de mitigar la crisis que en algunas regiones de la provincia es agobiante.

Pero el líder renovador no pierde oportunidad de sacar a relucir su dream team económico, que integran entre otros, Roberto Lavagna y Aldo Pignanelli, aunque por el momento no parece ser suficiente para quebrar la polarización y forzar nuevamente una división en tercios del electorado.

Los sondeos ya no ubican a este espacio con posibilidades de salir primero en las PASO, por lo que algunos de sus dirigentes sostienen que por captación del voto útil “tiene más chances de ganar el que salga segundo”.

En realidad, los candidatos seccionales de 1País parecen tener un mejor panorama que el propio Massa, lo que abre una verdadera incógnita sobre las posibilidades de supervivencia de ese espacio si en octubre finaliza tercero, es decir con sus dos principales referentes sin representación institucional a partir del 10 de diciembre.

Flotando sobre el fuego cruzado

A esta altura ningún dirigente puede negar que la ex presidenta se ha convertido en un verdadero fenómeno político, que se sostiene con la fortaleza de un núcleo duro que no posee ningún otro candidato y que le permite sortear la munición gruesa con la que le apuntan y disparan diariamente desde prácticamente todos los sectores.

Las apariciones públicas de Cristina para mostrarse junto a los sectores afectados por las medidas económicas del gobierno demuestran que la épica kirchnerista sigue intacta, como las chances de un triunfo de Unidad Ciudadana a pesar de la presentación de 3 listas con representación peronista, integradas además por ex funcionarios del gobierno K.

Frente a esta posibilidad, el gobierno tiene además el desafío de encontrar un equilibrio entre la avanzada judicial, que responde más a los poderes fácticos que al poder político y que por eso mismo responde a otros intereses y maneja otros tiempos, lo que podría llevar lisa y llanamente a un pedido de detención en medio de la campaña.

Si eso ocurriera, el macrismo corre el riesgo de ser derrotado o ganar por escaso margen ante una dirigente presa, lo que en términos políticos significaría una verdadera debacle imposible de explicar no solo fronteras adentro, sino fundamentalmente en ante la comunidad internacional.