Ushuaia, aventura en el fin del mundo

Entre senderos escondidos en el bosque, espejos de agua turquesa y delicias patagónicas, un recorrido que hay por descubrir en el rincón más austral de la Tierra

La aventura comienza en Ushuaia, esa mágica ciudad en la que el verde de los bosques, el mar azul y la blancura de las montañas se unen, en un cuadro armonioso, con los techos rojizos de chapa acanalada y las chimeneas humeantes que calientan las casas.

Tras recorrer sus calles llenas de chocolaterías, barcitos y restaurantes, nos dirigimos a Puerto Almanza, una localidad pesquera en donde se puede realizar la experiencia de atrapar centollas –un delicioso crustáceo, vedette de la gastronomía fueguina– que organizan los dueños del restaurant Puerto Pirata. A bordo de un gomón y guiados por un experto pescador, nos internamos en el canal Beagle, donde las centollas esperan en las trampas. Al regresar con el botín, se disfruta de un exquisito almuerzo de centolla fresca, complementado con erizos en ceviche, salmón rosado, róbalo y otras inolvidables maravillas.

La ruta de Río Grande

A solo 10 kilómetros de la ciudad de Río Grande se encuentra la Misión Salesiana, fundada en 1875, donde hoy funciona una escuela y un interesante museo que recupera su historia. Se puede recorrer la antigua capilla, el vivero y el tambo propio, donde se elaboran y venden riquísimos quesos. Ya en la ciudad, Mamá Flora es el lugar ideal para una merienda con chocolates artesanales y tostadas con dulce de ruibarbo. El recorrido se puede reanudar en el Museo Fueguino de Arte y terminarse con una visita a la Cervecería Artesanal Coirón, cuyos ricos y variados estilos de cerveza forman una pareja insuperable con una buena tabla de chacinados de cordero y de cerdo San Andrés.

Los placeres del campo

Justo en el camino que une la localidad de Tolhuin con Río Grande, se encuentra la estancia de la encantadora familia Daniels. Hay caballos, ovejas y hasta algún guanaco distraído se deja ver. En un rincón de sus 10 mil hectáreas está la acogedora casita con jardín donde, después de recorrer el campo, dar un paseo a caballo por la montaña y ver una demostración de perros ovejeros, se puede disfrutar de un exquisito asado de cordero fueguino a la estaca.

Senderos secretos

Llamada así porque se encuentra justo en la zona central de Tierra del Fuego, la reserva Corazón de la Isla es uno de los secretos de la provincia que ningún fanático de la naturaleza debería perderse. Guanacos, cauquenes, cóndores, zorritos colorados, cisnes de cuello negro y pájaros carpinteros son solo una minúscula parte de la gran variedad de especies que albergan sus más de 100 mil hectáreas. Acompañados por un guardabosques, se realizan trekkings por sus senderos naturales, abundantes en ñires, lengas y arbustos de calafate, hasta llegar, por ejemplo, a la orilla del lago Yakush, en cuyas aguas cristalinas se practica la pesca y se respira paz. Otra opción para seguir en sintonía con la naturaleza es reservar una cabalgata por la costa misteriosa del Lago Fagnano, en Sendero Indio, la escuela de equitación de Jorge Bruzzo en Tolhuin, y cerrar el día con una cena en el pintoresco Camping Hain.

Un cálido refugio en la invernal Ushuaia

No hay sensación más feliz que la de sumergirse en el jacuzzi de la terraza del Hotel Arakur en medio de un paisaje de montañas nevadas, mientras brillan, a lo lejos, las luces de la ciudad. Un lujo que hay que darse al menos una vez en la vida.