“Tengo demasiado para una sola noche. Valle no me interesa, Perón no me interesa, la revolución no me interesa. ¿Puedo volver al ajedrez? Puedo” prólogo Operación Masacre – Rodolfo Walsh.
Walsh no pudo volver al ajedrez. Y tampoco sabía que ese mismo día iniciaba un recorrido que lo llevaría también a él a un final trágico décadas después.
Bastó que a esos ojos profundos le dijeran “hay un fusilado que vive” para que su pasión que cruzaba el periodismo y el policial negro lo llevaran a realizar una de las más importantes investigaciones periodísticas en el país: los fusilamientos en los basurales de José León Suárez.
“Nicolás Carranza no era un hombre feliz, esa noche del 9 de junio de 1956. Al amparo de las sombras acababa de entrar en su casa, y es posible que algo lo mordiera por dentro. Nunca lo sabremos del todo. Muchos pensamientos duros el hombre se lleva a la tumba, y en la tumba de Nicolás Carranza ya está reseca la tierra”.
Así inicia Operación Masacre, un documento histórico que devela lo que se quiso ocultar como tantas veces en la historia trágica de los sectores populares en Argentina.
El 16 de septiembre de 1955 las Fuerzas Armadas derrocan al presidente Juan Domingo Perón, previo a los bombardeos sobre la Plaza de Mayo con un saldo de trescientos muertos y más de seiscientos heridos.
Cabe recordar, que después del ‘55, el decreto 4161 penaba como delito la sola mención del nombre del ex presidente o cualquier alusión al peronismo.
En este marco, el 9 de junio de 1956 se producen una serie de levantamientos militares liderados por el general Juan José Valle contra la dictadura liderada por el general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Rojas.
Los levantamientos fueron una expresión de la resistencia peronista desde la clandestinidad. Las jornadas trágicas comenzaron con el fusilamiento del general Valle, y continuaron con los posteriores fusilamientos clandestinos de 17 militares y 18 civiles.
Estos hechos que se mantuvieron ocultos en la historia oficial fueron parte de una narrativa historia subterránea de fusilados, asesinados o desaparecidos que tarde o temprano emerge.
Y así sucedió con los 11 fusilados en los basurales de aquel entonces, hoy urbanizado y conocidos como avenida Márquez y 9 de Julio.
La dictadura quiso dejar esos muertos como lo descartado en un basural.
Pero como la historia no es irreversible y está hecha de acontecimientos, siempre habrá quién recupere esos huesos para dar testimonio de la otra historia, la del sometimiento y la infamia, la que se quiso ocultar.
De los doce fusilados en José León Suárez, cinco murieron en el acto (Carlos Lizaso, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Vicente Rodríguez y Mario Brión) y siete sobrevivieron (Reinaldo Benavidez, Rogelio Díaz, Horacio Di Chiano, Norberto Gavino, Miguel Ángel Giunta, Juan Carlos Livraga y Julio Troxler quien fue fusilado por la AAA el 20 de septiembre de 1974).